Saya Pierce Jones
Cuando nos enteramos de que Prem iba a estar en Ciudad del Cabo, bueno, él es famoso mundialmente por promover la idea de paz, y específicamente en Ciudad del Cabo en Sudáfrica, en este momento estamos enfrentando bastantes problemas.
Y tener aquí a alguien como Prem para hablar sobre la paz y lo que significa desde una perspectiva global, es algo que creo que todos tenemos que oír y escuchar para resolver los problemas que enfrentamos en el país.
[De su entrevista con Prem Rawat]
Como sabrán, nuestra nación es muy, muy joven en este momento, y a partir de 1994 comenzamos con la idea de «¿qué es la paz ahora?». En este momento se ve un aumento significativo de las diferentes tensiones entre los diferentes grupos raciales o de diferente condición económica.
La idea de paz que teníamos después del ’94 no parece ser la misma que tenemos ahora. ¿Esto es algo que le interesa a usted también?
Texto en pantalla:
Prem Rawat
Embajador de la paz global
Prem Rawat:
Sí, absolutamente, porque yo creo que donde quiera uno vaya sobre la faz de esta tierra la gente tiene las fórmulas de lo que es la paz: «Bueno, si me ayudas a mejorar mi economía seré feliz por el resto de mi vida».
Pero en realidad la paz o la felicidad son algo subjetivo, no objetivo. Y las personas se olvidan de eso, de que no pueden simplemente seguir una lista y decir: «Bueno, ahora soy feliz porque tengo esto y aquello”.
En primer lugar tenemos que comprendernos a nosotros mismos: ¿Somos nosotros la fuente de la alegría y paz o no? Porque si no estamos en la ecuación, no importa lo que suceda a nuestro alrededor, nunca vas a poder disfrutarlo o sentirlo.
Así que se vuelve muy, muy importante que comencemos con nosotros mismos. Se trata completamente de ti, tú eres el que tiene que decir: “Sí, siento paz” o “no, no siento paz”. Cualquiera que sea la lista no tiene nada que ver con eso, porque la paz y la felicidad en realidad son algo muy subjetivo, no objetivo.
Y empecé a hablar a las personas sobre la paz cuando tenía cuatro años. Cuando hablo a las personas esto es lo que ruego todos los días: que lo único que yo vea sea a las personas. No el color, ni sus trajes, ni sus corbatas o peinados, ni su lápiz labial ni sus caras, sino a las personas.
Que pueda ver a cada persona… Y esto es algo en lo que realmente me tengo que centrar, porque no estoy mirando a personas de Sudáfrica sino a seres humanos. Y cuando miro a los seres humanos veo esperanza. Veo una alegría, veo una necesidad insatisfecha.
Somos seres humanos en la faz de la tierra. Y la humanidad se originó en este continente, en África. Yo siempre digo: «Qué increíble, qué maravilloso sería que siendo éste el lugar de nacimiento de la humanidad también fuera el lugar de nacimiento de la paz y la esperanza para la humanidad».
Saya Pierce Jones
Eso es fantástico.
Texto en pantalla
En 1950 el gobierno que estableció el apartheid de Sudáfrica promulgó la Ley de agrupación por áreas, y como resultado, las personas de color se vieron forzadas a mudarse a áreas conocidas como municipios no blancos, con historial de pandillas, pobreza extrema y abusos horrendos.
Prem Rawat visitó una escuela situada en uno de los más pobres municipios de este tipo: un lugar azotado por la guerra de pandillas y una pobreza provocada por la adicción a las drogas y con pocas esperanzas para el futuro.
Prem se dirigió a niños de entre siete y trece años, muchos de los cuales habían padecido maltratos inimaginables.
Die Duine
Escuela primaria
Texto en pantalla:
Anthea Adriaanse
Director de la escuela primaria Die Duine
Anthea Adriaanse:
Cuando uno se va acercando a la escuela ya se percibe… miras el tipo de construcciones y se nota inmediatamente que uno se encuentra básicamente en una zona subdesarrollada, de extrema pobreza.
Texto en pantalla:
Prem Rawat
Embajador de la paz global
Prem Rawat:
No importa lo fea se ponga la situación, tú no eres feo, porque en ti hay una hermosa y profunda belleza. Conócela y compréndela.
Texto en pantalla:
El héroe en ti
Escuela Primaria Die Duine
Anthea Adriaanse:
Los desafíos que enfrentamos son padres ausentes, la ausencia de un sistema de valores en los hogares de los alumnos; padres y madres solteras, abuso de drogas por parte de los padres e inclusive de los alumnos, también problemas de pandillas y violencia. Todo esto tiene un impacto negativo en los alumnos y por ende en su enseñanza.
Prem Rawat:
Aún en medio del caos, encuentra tu fortaleza. Aún en medio de todo lo que está mal, cuando no hay luz y cuando hay oscuridad y confusión, que haya una luz en tu corazón.
Ben César: [canción de rap]
¡Te veo a ti y a ti y a ti!
Enfrente de mí estoy viendo el futuro de este gran país
Levanten las manos, ¿Cómo están? ¡Sí, sí, levántenlas!
Te veo, te veo a ti y a ti….
Prem Rawat:
Me gustaría hablarles acerca de sobre algo muy, muy especial. Y de lo que les quiero hablar es del Superman en ti. ¿Conoces a Superman? [Audiencia: Sí.] Él es muy fuerte. Aunque las cosas afuera no estén bien, él aún es fuerte.
Y de la misma manera quiero hablarte de tu fuerza, de tu fortaleza. Yo sé que hay problemas, hay problemas por todas partes, pero tú tienes una fortaleza. Y tienes que conectarte con esa fortaleza, porque no todos los días van a ser buenos. Pero incluso cuando los días son buenos o son malos tienes una fuerza en tu interior.
Te contaré un cuento acerca de conocerse a uno mismo. ¿Quieres escucharlo? [Audiencia: ¡Sí!] Bueno, había una vez un león y vivía en la selva, y la gente tenía miedo de ir allí porque sabían que ahí vivía un león muy grande.
Pero también había un granjero que tenía unas ovejas y las llevaba a pastar. Y a veces se acercaban mucho a la selva, demasiado, oían rugir al león y todas las ovejas salían corriendo.
Un día, el granjero se encontró a un cachorrito del león acostado al lado del camino. El leoncito estaba casi muerto, muy débil. Lo recogió, se lo llevó a su casa y lo puso debajo de una linda manta, le dio leche tibia y lo cuidó. En pocos días el cachorrito de león se recuperó.
Empezó a saltar por todas partes, de aquí a allá. Así que él pensó que el cachorrito de león le iba a destrozar toda la casa. Así que lo tomó y lo puso con las ovejas, en donde estaban todas las ovejas.
El leoncito quería jugar con las ovejas. Al principio las ovejas le tenían miedo al cachorrito de león. Pero luego se dieron cuenta de que era solo un cachorrito y que en realidad no iba a lastimar a nadie, así que se hicieron amigos.
Cada día el granjero sacaba a las ovejas y el cachorrito salía con ellas. Él veía a las ovejas pastar así que comenzó a pastar. Y cuando las ovejas hacían: «Baah-hah-hah-hah», intentó decir: «Baa-hah-hah-hah», pero no podía. Día tras día tras día, de estar con las ovejas, él también pensó que era una oveja. Es lo único que conocía.
Un día, ese león grande de la selva dio un rugido muy fuerte y salió de la selva hacia la granja. Y todas las ovejas, al escuchar este fuerte y feroz rugido tuvieron mucho miedo y corrieron a esconderse. Algunas se escondieron debajo del establo, otras detrás del árbol y otras detrás de un arbusto…
Y el leoncito también, porque ¿qué creía que era él? [Público: una oveja.] Porque pensó que era una oveja, así que él también fue a esconderse dentro del hueco de un árbol. Todas las ovejas temblaban y él también temblaba, tenía miedo.
El león enorme viene a la granja, ve que todas las ovejas le tienen miedo… pero luego ve algo muy curioso: ve a un león que también le tiene miedo a él. Ve al leoncito temblar.
Así que el gran león dice: «Puedo entender por qué todas las ovejas me tienen miedo, pero ¿por qué me tienes miedo tú?» Y el pequeño leoncito le dice: «Oh, por favor, no me comas».
«¿Comerte? ¿No sabes que eres un león? «Oh, sí, lo que digas, lo que quieras, pero no me comas».
“Pero, ¿cuál es tu problema? ¿No sabes quién eres? Él dijo: “Yo soy solo una pobre ovejita. Solo soy una pobre ovejita. No me comas”. Y el gran león le dijo: “No, eso no es lo que eres. Ven conmigo y te mostraré quién eres”.
Así que se lo llevó al lago, el cachorrito aún temblaba, lo llevó junto al lago y dijo: «Mírate, mira tu reflejo y mira quién eres». Y ambos, el león grande y el pequeño se miraron en el lago y el leoncito vio que no era una oveja, ¡él era un león!
Ante esto levantó la vista, miró hacia el león y sin miedo él también rugió con mucha fuerza. No, «Eh-heh-heh-heh», sino con un gran rugido. El gran león rugió y león pequeño rugió. Le dijo: “Ven conmigo. Ven a la selva, en donde puedes ser el rey”. Ese es el cuento.
Nosotros nos fijamos en nuestros problemas, miramos el mundo, miramos lo que está sucediendo y empezamos a sentir que somos parte de él. Pero en realidad no somos parte de él. Somos otra cosa.
En primer lugar, no importa lo que ocurra a nuestro alrededor, tenemos que ser nuestra propia isla, debemos ser nuestra propia fortaleza, debemos ser nuestra propia comprensión.
Te fijas en el mundo y si fuera un mapa, en este mapa verías muchísimos, muchísimos caminos, pero no todos esos caminos te llevan a un buen lugar, no todos esos caminos te llevan a un buen lugar.
Hay un camino que sí lo hace. Y tú tienes que seguir ese camino, tienes que tomar ese camino. Porque conocerte a ti mismo también se trata de entender quién eres, cuál es tu naturaleza. Tu naturaleza no es la ira, tu naturaleza es amar. Tu naturaleza, tu naturaleza es estar en paz. Esto es quién eres.
Y esto es lo que te convierte en Superman: que aún en medio del caos encuentres tu fortaleza. Que incluso en medio de todo lo malo y cuando no hay luz, cuando hay oscuridad y confusión, también haya una luz en tu corazón y la dejes brillar.
Hay esperanza. Cuando todo parece perdido siempre queda la esperanza.
¿Sabes? Cuando digo Superman lo digo en serio. Y te voy a dar otro ejemplo. ¿Sabes que has hecho algo realmente increíble? Todos ustedes han hecho algo realmente increíble pero no lo creen.
Actualmente, si fallas en algo ¿te vuelves triste? ¿Sí? ¿Y a veces tan triste que te das por vencido? Pero, ¿sabes que has hecho cosas en las que has fallado pero nunca aceptaste el fracaso? Eso es lo que hace Superman. Él falla muchas veces pero nunca acepta el fracaso, él lo vuelve a intentar.
Entonces, todos ustedes son bastante jóvenes, pero cuando eras aún más joven y aprendías a caminar… no creo que te acuerdes de eso ¿verdad? ¿Sí? ¿Has visto a otros bebés aprender a caminar?, ¿quizás tu hermano o tu hermana?
Bueno, se ponen de pie y hacen así: «Eeuuhh-ah-ahh …» Y luego se caen. ¿Verdad? ¿Se ponen tristes? ¿Aceptan el fracaso? No, se vuelven a levantar inmediatamente.
Y tú hiciste lo mismo, tú hiciste exactamente lo mismo. Fallaste, pero nunca aceptaste el fracaso y te volviste a levantar. ¿Te acuerdas de eso? ¿Lo has visto? ¡Eso es sabiduría! Eso es genialidad. Eso es Superman en acción.
Aprender a caminar: fallar, pero volver a levantarse. Y un día (porque eso continúa ocurriendo una y otra vez) el bebé finalmente da los pasos y no se cae. El bebé aprende a caminar.
Tú sabes caminar, ¿verdad? ¿Sabes quién te enseñó a caminar? ¿Recuerdas quién te enseñó a caminar? ¿Quién? ¡Tú! Te enseñaste a ti mismo a caminar, porque a esa edad nadie podía darte instrucciones.
Y eso requirió valentía, requirió comprensión, requirió paciencia, y lo más importante: requirió que nunca aceptaras el fracaso.
Conoce quién eres, porque cuando te conozcas a ti mismo conocerás tus poderes, conocerás tu fortaleza, sabrás quién quieres ser. Esto te traerá felicidad incluso cuando la situación sea triste. Esto te traerá alegría. Esto puede hacer de tu vida, de cada día de tu vida, una Navidad.
¿Sabes que cada día se te dan regalos, que cada día recibes regalos? ¿Lo sabías? Y el regalo más importante que se te da es el regalo de la vida. Todos los días se te da el regalo de la vida para que tú hagas con ella lo que quieras. Si la aceptas, si la aceptas.
Tienes algo para hacer, tienes una misión, Superman, tienes una misión. Y tu misión es moldearte para enfrentar el mundo, prepararte, aprender para salir a este mundo y lograr lo que tú quieras lograr.
Céntrate, enfócate. Practica la paz y te volverás experto en ella. Si solo recuerdas quién eres, que no eres el problema. Tú no eres el problema. Recuerda que tienes la fortaleza en ti. Y recuerda que tú eres ese león, no la oveja. También recuerda que te harás un experto en lo que más practiques, es así de sencillo.
Porque si entiendes, si lo piensas, este es también uno de los dones que tienes. Conócete a ti mismo, compréndete y sal al mundo con fortaleza. Sé la fortaleza, sé el poder. Esto es lo que quería venir a decirles hoy.
No importa cuán lo fea se ponga la situación, tú no eres feo porque en ti hay una profunda y hermosa belleza. Conoce y entiende eso.
Bueno, esto es lo que quería venir a decirles hoy. Ha sido un gran placer verlos y conocerlos, y realmente espero que tomen en cuenta lo que les he dicho en sus corazones para que puedan tener un bello y brillante futuro. No tienes que ser parte de todo lo malo, puedes ser parte de todo lo bueno, de lo que está bien.