Confinamiento con Prem Rawat – Día 88

“¡La gratitud te hace sentir bien, y has nacido para sentir! ¡Siente lo bueno!” – Prem Rawat

Los videos diarios de “En Confinamiento” de Prem Rawat presentan sus charlas, y cómo el Programa de Educación para la Paz ayuda a las personas a descubrir la paz personal. Mantente en contacto para informarte de los detalles sobre cómo reunirte virtualmente con Prem en un futuro próximo.

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NACIDO PARA SENTIR

EVENTO EN MIAMI, ESTADOS UNIDOS

¿Hay algún truco en esta vida? ¿Hay alguna manera de vivir esta vida y no ser aniquilado por los problemas?

Ahora, les contaré mi experiencia. Cincuenta años, casi llegando a 51 años en unos días, el 31 de julio serán 51 años. Es esta: ¿Cómo he llegado a esta conclusión? Porque yo también tengo problemas y también he tratado de superar mis problemas. Y básicamente, yo tampoco he tenido éxito en superar mis problemas.

El mismo problema, cuando apenas lo superas, cambia de forma y se convierte en otra cosa. Parece completamente distinto, pero tú sabes que es exactamente el mismo problema.

Entonces, básicamente, estás intentando salir victorioso de tus problemas sin haber logrado la victoria sobre tu propio ser.

Porque tú no has logrado la victoria, vienes perdiendo contigo. Vas perdiendo contigo pero estás tratando de conseguir la victoria sobre todo lo demás. Y vas a fracasar. Vas a fracasar.

¿Por qué? Porque la primera victoria que tienes que lograr no es sobre tus problemas, sino sobre ti mismo.

¿Cómo se ve? ¿Cómo luce esa victoria sobre ti mismo? Así es como luce: cuando tú comprendes ese muro, y no lo que hay detrás del muro, sino lo que está de este lado del muro. Porque si te preguntas qué hay del otro lado del muro, vas a perder. Créeme. La gente ha tratado de resolver eso durante miles de años. ¿De dónde vengo? Para luego llegar a la conclusión (de algún modo todo el mundo ha llegado a la conclusión) de que no vienen de aquí mismo, vienen de algún otro lado.

Entonces, así es como se ve: te empiezas a dar cuenta de que entre ese muro, este lado de ese muro, el nacimiento, y el otro muro, el de la muerte, ahí existe el cielo. Así es como luce cuando logras la victoria sobre ti mismo. Eso es el cielo que puedes sentir.

Y no lo hace ser “el cielo” el hecho de que puedas sentir, sino de lo que puedes sentir. Puedes sentir alegría y eso lo hace ser el cielo.

Cuando se me ocurrió este título, “nacido para sentir”, me preguntaron: ¿qué nombre le darás a este evento? No respondí. “Necesitamos una respuesta, necesitamos anunciarlo, necesitamos un tema”. Nacido para sentir.

Nacido para sentir claridad, nacido para sentir alegría, nacido para sentir al ser divino, nacido para sentir la verdadera felicidad.

Es por eso que atravesaste ese muro y llegaste a este escenario, a esta plataforma. ¿Qué hiciste? Te permitiste ser contaminado con eso de “el destino, es el destino, yo solo soy una marioneta”.

¿Dónde están los hilos? ¿Sientes esos hilos? Si quieres ser una marioneta puedes serlo. ¿Qué es el destino? Tengo una definición para la palabra destino también: cada una de las personas sentadas en esta sala, y cada una de las personas que no están en esta sala, los seis mil y tantos miles de millones de personas sobre la faz de la tierra, cada uno tiene un don. El destino es cuando tú descubres ese don y lo persigues hasta el final, eso se convierte en tu destino. Eso es el destino.

No es predestinado, porque eso incluiría eliminar la posibilidad de elegir. Y lo que tú tienes, en el meollo de todo este universo, en este planeta Tierra… porque no sé si el sol puede elegir, no lo sé. No sé si la Luna tiene elección, no sé si todas las estrellas pueden elegir, no sé si los ríos tienen elección, pero sé que tú la tienes. Tú, como ser humano, tienes la posibilidad de elegir.

Y puedes elegir obtener la victoria sobre ti mismo o pasar la vida tratando de conseguir la victoria sobre tus problemas. Con una de esas elecciones nunca ganarás, con la otra tienes una buena oportunidad.

Nadie, nadie le ha ganado a sus problemas. Sé que muchas personas piensan que sí lo han logrado, a muchas les gustaría, otras imaginan que lo han logrado, pero nadie ha podido todavía conquistar sus problemas.

Solo cuando comienzas a comprender que esa es la naturaleza de los problemas, que no se pueden conquistar. Porque si son conquistados, dejan de ser problemas. Esa es su naturaleza. Se transformarán en otra cosa, y en otra, y en otra.

Justo cuando lo tenías todo arreglado, tu gato se va de casa. Justo cuando encuentras a tu gato, tu perro se va de casa. Justo cuando encuentras al perro, tu esposa de va de casa. Justo cuando encuentras a tu esposa, tú te irás de casa.

En este mundo, si no comprendemos de qué trata esta vida, esta existencia, si tu aliento no es valioso para ti, si tú no eres valioso para ti mismo, si tu existencia no significa nada para ti, entonces créeme, amigo mío, este drama entre los dos muros está perdido. Este drama no será un drama, va a ser una pesadilla.

Una pesadilla. Mmmm. Esa podría ser la descripción de la vida de muchas personas. Una pesadilla… una pesadilla… una pesadilla.

Uno de los programas increíbles que tengo se llama Programa de Educación para la Paz. Se está extendiendo como un fuego salvaje. Acabo de recibir una foto de los veteranos de guerra, con sus uniformes de guerra y un gran cartel atrás que dice Programa de Educación para la Paz, muchos veteranos lo están haciendo ahora. Está en tantas prisiones, muchos ex miembros de la guerrilla en Colombia.

Todas estas personas las llevan presas y ¿qué les sucede? Por supuesto que están muy amargadas. Pero esto es lo que ocurre: están ahí culpando a todos los demás por sus problemas: “Estoy aquí por culpa de él, y por culpa de ese, y de ese otro…” Luego, cuando empiezan a participar del Programa de Educación para la Paz, empiezan a mirarse a sí mismos y a decir: “No, no, no estoy aquí por culpa de nadie más que de mí mismo.”

Y entonces, lo más hermoso y que es de lo que trata mi programa, es que lo puedes arreglar. No puedes arreglar a otra persona, pero puedes arreglarte a ti mismo.

No puedes obtener victoria sobre tus problemas, pero puedes salir victorioso sobre ti mismo. Es ahí cuando ellos dicen: “aja, ya sé cómo arreglar esto, tengo que cambiar”. Y empiezan a cambiar y entonces hay una transformación genuina. Así es como sucede.

Nuevamente, ¿Qué parece entonces? Parece el cielo… en la tierra. “Sí, alguien dijo algo así hace mucho tiempo”. El cielo en la tierra, donde el ser humano es real, donde tú eres real. Real para ti mismo. Y tu vida no se trata de lamentarte por tus errores, sino que ves cada día tan poderoso como la salida del sol.

¿Sabes algo acerca de la salida del sol? Que en este planeta Tierra, el sol nunca deja de salir. ¿Lo sabías? Yo sé que lo sabes, pero ¿no te pone piel de gallina pensar que hay un amanecer a cada segundo en esta tierra? ¿Y que hay una puesta de sol a cada segundo en esta tierra? Y que hay luz y hay oscuridad. Está todo aquí.

Tan poderosa como es esa salida del sol: que reconozcas que cada momento es igual de poderoso, que te trae luz, que puede llenar tu vida de luz, que puede llenar tu vida de alegría, que puede llenar tu vida con claridad, con todas esas cosas que significan tanto para ti como ser humano. Y que tú eres la fuente de todas esas cosas, no yo, ni tampoco nadie sentado veinte mil metros allá arriba, nadie sentado del otro lado del muro.

Sino que este es el escenario, esta es la obra de teatro. Tú eres el actor y tienes que hacer lo que tienes que hacer, y lo harás por inspiración. ¿Te sientes inspirado por el hecho de estar vivo?

De eso se trata conocerte a ti mismo. Eso es conocerte a ti mismo. Si no te conoces a ti mismo nunca puedes sentirte agradecido por nada. Plantéalo hacia atrás, puedes hacer ingeniería inversa con esto: si te das cuenta de que no sientes agradecimiento por nada es porque no te conoces a ti mismo. Así que ponte a la tarea de conocerte a ti mismo para que puedas estar agradecido, porque cuando tienes gratitud te sientes bien.

Entonces, la gratitud te hace sentir bien y tú has nacido para… sentir. Así es como conectas las dos líneas: nacido para sentir y sentir lo bueno.

Ser un ser humano funciona. Estar vivo, funciona. Eso es todo lo que necesitamos ser. Cada día, comprender que estamos aquí, que hemos nacido para sentir y debemos sentir. Y lo que podemos sentir es esa claridad infinita, esa alegría, ese entendimiento. Y podemos elegir. Podemos sentir y hacer las cosas que nos traerán desdicha o podemos elegir sentir la belleza, la sencillez que reside en el corazón de cada ser humano.

Esto es lo real. Y solo acepta lo que estoy diciendo si tiene sentido para ti. Siéntete vivo, este es tu tiempo sobre el escenario, ahí está ese muro y allí está el otro muro. Eso ya sucedió, ese ya vendrá. Y a cada paso tienes que recordar que has nacido para sentir, pero no cualquier cosa. Has nacido para sentir lo supremo, has nacido para sentir la divinidad. Siente, siente, porque has nacido para sentir.