Confinamiento con Prem, Día 53

“Todo ser humano sobre la faz de la tierra tiene un don. Cuando encuentres tu don, dedícate completamente a él. ¡Ese es tu destino!”. – Prem Rawat

Los videos diarios de “En Confinamiento” de Prem Rawat presentan sus charlas, y cómo el Programa de Educación para la Paz ayuda a las personas a descubrir la paz personal. Mantente en contacto para informarte de los detalles sobre cómo reunirte virtualmente con Prem en un futuro próximo.

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Un día puede ser suficiente

Aquí estamos en este magnífico planeta Tierra, en el que la evolución lleva desarrollándose millones y millones de años. Gracias al papel que han jugado millones y millones de criaturas hemos llegado a ser quienes somos. El gran experimento de la naturaleza. Esas criaturas han desaparecido, ya no existen, se han extinguido. Pero su poder de adaptación consiguió que, en cierta forma, gracias a todas ellas en conjunto, pudiéramos llegar a ser quienes somos. Estás vivo, este es tu tiempo, puedes sentir, puedes ver. ¿Qué piensas, cuál piensas que es la posibilidad para ti?

La rutina, todos nuestros asuntos… ¿o hay algo más? ¿Existe en realidad un ser humano satisfecho? ¿Existe en realidad un ser humano lleno de gratitud? ¿Existe en realidad un ser humano lleno de claridad? ¿Existe en realidad un ser humano lleno de alegría? ¿Existe en realidad un ser humano lleno de comprensión, lleno de luz? ¿Existe en realidad un ser humano lleno de respuestas? ¿Existe algo así? Porque, si existiera, para experimentar eso, un solo día sería suficiente. Para experimentar eso con un día bastaría.

¿Existe cada día la posibilidad de sentir la dulzura, de ser un ser humano y sentir satisfacción o no? Es así de simple. Sin discusiones ni peros que valgan. Y no estoy diciendo que lo logremos o que lo hayamos logrado, no se trata de eso. No te quedes atascado en eso, es una lógica absurda. ¿Por qué es una lógica absurda? Porque si no tienes claro adónde quieres ir, pero intentas crear una ruta para llegar a un lugar que no sabes dónde está… quieres ir a un restaurante, al zoológico… no sabes pero dices: necesito conocer la ruta. La ruta ¿hacia dónde?

¿Al restaurante, al zoológico?… eso viene después. Primero tenemos que decidir. Tú tienes que decidir. Yo simplemente estoy aquí para inspirarte a pensar. Que se muevan los engranajes, los otros, los que no usamos muy a menudo. Hay algunos que no usamos, pero los otros, los que usamos, están sumamente desgastados. Porque se los usa una y otra vez, una y otra vez. Y el ruido, el ruido… ¿sabes a que me refiero con el ruido? Desde la mañana hasta la noche, y todos los segundos que paso despierto durante la noche. El ruido, el ruido: “más te vale hacer esto, más te vale hacer aquello…”

Cuando vas conduciendo, el ruido, cuando vas a un centro comercial, el ruido… el ruido, el ruido, el ruido. ¿Es esto un ser humano? Lleno de ruido, lleno de sufrimiento, de tristeza, cínico. Nah… ¿la paz? Nah… ¿alegría? Nah… no durante mi vida; felicidad… por favor corta el rollo… Son asuntos importantes, asuntos serios, porque si no comprendemos la posibilidad de nuestra vida, ¿quién lo va entender? ¿Quién? No puedes comprender la posibilidad de la vida de otro, por mucho que lo intentes.

Así que, en estas circunstancias en las que hay tanta codicia, tanto sufrimiento… que no lo crea nadie excepto la gente que nos rodea y nosotros, entender la idea de que un día sería suficiente para algo, es difícil de imaginar. ¿Qué sería suficiente con un solo día? Cuando una vida entera no lo es. Pero no le has dando a la vida una oportunidad de demostrarte la posibilidad que contiene. Le has dado al mundo esa oportunidad, a la sociedad le has dado muchísimas oportunidades.

“Estas despedido” ¡Dios mío! “Estás contratado” ¡Yupiii! “Estas despedido” Oh, no… Te vuelven a contratar ¡Qué bien! Te vuelven a despedir ¡qué mal! Pero ¿acaso le has dado a tu vida la oportunidad de que te muestre lo que contiene? ¿Cuál es el aspecto de un mundo lleno de alegría? ¿Cuál es el aspecto de un mundo de comprensión, cuál es el aspecto de un mundo lleno de respuestas? ¿Cuál es el aspecto de un mundo de claridad? Donde puedes descansar y dejar que se disipe tu cansancio.

Entusiasmarte, de hecho, con cada aliento que entre en ti… ¡vaya! ¡qué regalo! Abrazar, aceptar la realidad que no proviene de ideas y discusiones sino de una realidad que sientes, que es palpable. ¿No te das cuenta de la diferencia entre las promesas vacías y lo que la vida quiere mostrarte, que no es eso? Lo que tu vida, lo que tu existencia quiere mostrarte, darte, ofrecerte, es algo palpable, es real. No un conjunto de promesas vacías. La claridad no hace promesas vacías, nunca.

La alegría no hace promesas vacías, jamás… el océano de las respuestas nunca hace promesas vacías, jamás… la flor de la gratitud nunca hace promesas vacías, jamás. Es real, real. El mundo sí lo hace, el mundo sí. Y somos muy diestros a la hora de cerrar los ojos a la realidad y decir: “Bueno, así son las cosas. Lo estoy pasando muy mal y no sé por qué lo paso tan mal, pero acepto mi sufrimiento. Y voy a ver si puedo hacer que los que me rodean sufran tanto como yo para tener compañía.”

El sufrimiento engendra sufrimiento, la tristeza atrae a la tristeza. La claridad engendra claridad, te dará más claridad. Así como la tristeza genera más tristeza, la claridad genera más claridad. Por eso un solo día es suficiente. Porque en ese día puedes montar una fábrica de claridad, en ese día puedes crear un océano de comprensión. Un día, un solo día en el que hiciste la conexión: “ah…eso es mi vida”. La vida es el regalo más grande que tienes, amigo mío, y la cosa más asombrosa que puede sucederte. ¿Lo sabes? Es la cosa más asombrosa que te vaya a suceder jamás.

Has sido transformado, de simplemente ser polvo a convertirte en un polvo que puede sonreír, ver, apreciar. Y todo ello no tuvo lugar para que pudieras sufrir, eso sería absurdo. Sería absurdo. No tendría sentido, sería ilógico. Para mí, todas esas creencias que tenemos… nos aferramos a ellas, no producen nada, ni siquiera cacarean ni ponen huevos, pero ahí las tenemos y las mantenemos. Pero ¿cuándo aceptamos el desafío de saber, de conocer? Porque lo primero en esa lista de conocer debería ser: conócete a ti mismo.

Y cuando te conoces de verdad un solo día es suficiente para que suceda lo que tiene que suceder. Para conocerte a ti mismo. Es lo más asombroso, señalar a una persona y decir: te conoces a ti mismo. ¿Te conoces a ti mismo, sabes quién eres, conoces tu fortaleza? Sé que conoces tus debilidades. Eso lo sé. Pero ¿conoces tu fortaleza? ¿Conoces tu fuerza? Sé que conoces lo que te falta, lo sé, pero ¿acaso sabes qué es lo que tienes? ¿Has encontrado tu don? Cada ser humano sobre la faz de la tierra tiene un don.

Cuando descubras ese don y te dediques de lleno a él habrás creado tu destino. Pero nunca sabrás cuál es ese don hasta que te conozcas a ti mismo. Y el día que te conozcas a ti mismo, un día será suficiente. A eso me refería conque un día sería suficiente. ¿Dónde está la integridad de un ser humano? ¿Dónde está la integridad de un ser humano? ¿Dónde está la integridad de ese ser que ha estado evolucionando durante millones y millones de años?

A sabiendas o sin saberlo -mayormente sin saberlo- tantas criaturas se han sacrificado para que tú puedas ser lo que eres. El mundo de hoy en día no refleja eso. Las tragedias que vemos suceder son debido a la falta de respeto por la vida humana. Eres un ser humano, vive como tal. Eso es lo que eres. Eres un ser humano, sé un ser humano. Es lo único que tienes que ser. Y no necesitas vivir mil años para ser un ser humano, porque un solo día sería suficiente.