Confinamiento con Prem, Día 50

“Lo bueno en ti no es asunto de cantidad. Se trata de si estas en contacto con esa bon-dad que hay en ti o no. Si lo estás, es eso lo que se necesita.” – Prem Rawat

Los videos diarios de “En Confinamiento” de Prem Rawat presentan sus charlas, y cómo el Programa de Educación para la Paz ayuda a las personas a descubrir la paz personal.
Mantente en contacto para informarte de los detalles sobre cómo reunirte virtualmente con Prem en un futuro próximo.

Audio

Prem Rawat:

Hola a todos. Espero que estén todos bien. Y de alguna manera, prosperando, aún en estas circunstancias tan difíciles del coronavirus y con toda la locura que está sucediendo aquí y allá.

Quería aprovechar este rato para decirles lo que he estado haciendo. Primero, estaba muy cansado, necesitaba unos días de descanso. Eso fue lo que hice y me sentí muy bien. Y segundo, como podrán ver, he cambiado todo el arreglo. Eso llevó unos días.

Y lo más importante que he estado trabajando, como les dije, es el PEP. Estamos haciendo algunos cambios. Veremos cómo termina, pero estoy entusiasmado y deseando hacerlo.

Mientras tanto puedo también decirles algunas cosas que pueden ayudarles. Y una cosa que se me vino a la mente es muy interesante. Podrías estar sin agua durante dos o tres días. Pero con un poquito de agua puedes calmar tu sed. Puedes pasar hambre, no comer durante bastantes días, y con un poquito de comida puedes satisfacer el hambre.

Lo bueno en ti no es un tema de cantidad. Es si estás en contacto con eso bueno que hay dentro de ti o no. Si lo estás, es eso lo que hace falta.

Sí, es muy fácil ver solo todas las cosas confusas que suceden en el mundo. Y la gente está muy confundida. Algunas personas no ven la vida como prioridad. Ven la economía como prioridad. Por supuesto, es cosa de ellos cómo quieran verlo. Probablemente estén pensando que aunque vivamos, si no tenemos nada para comer, ¿cómo sería?

Así que, por supuesto, una cosa que sí es verdad es que este es un momento de incertidumbre. Y en esta incertidumbre, lo mejor que puedes hacer es fluir. Sigue la corriente. Acompáñala.

Es como si estás nadando en el mar y quedas atrapado en la resaca. Deja que te lleve, y después puedes dar la vuelta y regresar. Es igual, en este momento de incertidumbre hay muchas ideas que están surgiendo. Muchas noticias falsas. Hay mucho de “esta es la solución, aquella es la solución.”

Y lo más importante es este increíble deseo que tienen muchas personas de que todo pueda volver a ser como era antes. Porque, por alguna razón, todo estaba bien. Bueno, si todo estaba bien, ¿cómo acabamos en este aprieto?

Así que, en realidad, esta es una oportunidad de ir más allá de este “todo está bien.” Y llegar a un punto en el que se vean las cosas desde una perspectiva que de verdad beneficie a toda la humanidad.

Una cosa que veo ahora que es muy, muy importante es que tenemos que romper estos muros virtuales que hemos creado y tenemos que ver al mundo entero como una sola unidad, como una entidad.

Necesitamos mirar a todos los seres humanos que están sobre la faz de la tierra realmente como nuestra familia y reconocer que todos y cada uno de los seres humanos tiene algo positivo que aportar a este mundo.

Ahora bien, hay personas que definitivamente no son así. Para ellos es como “más, más, más”; “dame más, dame más.” Pero hay mucho que es bueno.

Y de eso hablaba yo. No se trata de la cantidad. Muchas personas piensan: “Bueno, es como una balanza y tienes que tener suficiente.” No. No tienes que tener más claridad que la suma total de la confusión que tienes. No es así.

Lo único que tienes que tener es claridad suficiente para que tú puedas ver con claridad, sin importar la cantidad de confusión que tengas. No tiene nada que ver con la cantidad. Tiene que ver con el simple hecho de que esté ahí.

Porque no es como si tienes un cuarto inmenso, digamos 150 metros cuadrados, y que necesitas una enorme linterna para iluminarlo. No, no hace falta. Puedes tener una linterna muy pequeña y esa linterna definitivamente puede iluminar un cuarto pequeño y puede ayudar a iluminar un cuarto grande.

Del mismo modo, en nuestras vidas, no es eso en que se meten muchas personas de: “Sí, tengo que tener esto y las cosas tienen que ser así, o tienen que ser asá.” Quizás en el mundo externo sea así pero en el mundo interno se trata de simplemente tener ese enfoque, esa claridad, ese entendimiento. Tener esa sed en tu vida de seguir adelante.

Y no siempre estamos en contacto con esa sed que tenemos. Necesitamos estar en contacto con esa sed que en su base, en lo fundamental, realmente tiene muchísimo que ver con cuáles son mis o nuestras necesidades fundamentales. Porque si no nos ocupamos de esas necesidades fundamentales, si no atendemos esas necesidades fundamentales, no va a funcionar toda la fórmula.

Bueno, una analogía. Preparas todo lo necesario para pasar un día de campo. Se te ocurrió salir al campo, es una idea maravillosa. Vas y encuentras un lugar maravilloso, increíble.

Tienes un buen mantel, un banquete y sandwiches, bocaditos, esto, lo otro… y por supuesto, bebidas riquísimas. Pero se te olvidó traer el abridor, así que no podrás acceder a todas esas bebidas buenísimas que trajiste.

Una cosa, un abrebotellas, tiene mucho que ver con que puedas tomar de ese líquido del que disfrutarías mucho, aunque nunca te vas a comer ni beber el abrebotellas. Jamás. Pero te da acceso a eso.

Tu corazón, tu entendimiento, es así. Entendiendo, entendiendo, entendiendo. Avanzando, avanzando, avanzando.

Es como una escalera. Subo un peldaño, luego el siguiente y el siguiente… Y cuando te das cuenta, estás subiendo y acercándote cada vez más a donde quieres llegar. Eso es lo que se necesita.

En nuestras vidas… la vida es sencilla. Nosotros somos sencillos. Nos hemos vuelto muy, muy buenos en pensar. Tenemos dos partes: una parte es el pensador, muy bueno para pensar; esa habilidad la hemos pulido durante muchas, muchas generaciones. Hemos escrito libros, hemos inspirado a otras personas a pensar.

Luego hay otra parte, igual de importante si no más; porque somos seres humanos. ¿Cuál es esa otra parte de nosotros? Es la parte que siente. Necesitamos sentir. Es una característica humana.

Podemos pensar, pero ya está. A menos que tomamos esos pensamientos y los convirtamos en acciones, no tiene sentido. Puedes estar pensando lo que estés pensando, pero no va a hacer nada.

Si tienes ahí un vaso de agua y tienes sed, piensas: “Sería maravilloso, buenísimo si pudiera tener ese vaso de agua.” Pero no has puesto tu mano sobre ese vaso, no te has bebido el agua y no se va a calmar tu sed.

No. Con un pensamiento no puedes. Y la gente lo intenta. Te dicen: “Piensa esto. Piensa de forma positiva. Piensa esto. Piensa lo otro.” Bueno, pensar positivamente no está mal, pero tarde o temprano tienes que encontrar lo positivo en tu vida para realmente sentir lo positivo.

Y lo hermoso es que lo positivo que necesitas sentir está dentro de ti. Está todo ahí. La paz que necesitas sentir está dentro de ti. La apreciación que necesitas sentir está dentro de ti. El entendimiento que necesitas sentir está dentro de ti. Estamos hablando de sentir, ¿ves?, no de pensar.

Esta es la esencia de lo que hablo. Muchas personas vendrán y te harán pensar. Bueno, yo también. Pero, al final de ese pensamiento… Quiero que pienses, pienses y pienses, y quizá te inspire a pensar de una cierta manera. Que pienses: “¡Por Dios, también necesito sentir!” Y que luego, posiblemente, realices algunas acciones que te conduzcan a sentir.

De esto se trata todo esto. De que necesitas sentir la paz. No solo hablar de ella, no tener una lista que dice: “He logrado esto, esto y aquello, así que debo estar en paz.” No. Tienes que sentir la paz.

Tienes que sentir el amor. No puedes decir: “Bueno, ya hice esto y esto y esto.”

Hay muchas personas que se preguntan por qué no les va bien en las relaciones. Bueno, la razón por la cual nos les va bien en las relaciones es porque piensan sus relaciones en vez de sentir el amor en esa relación. Si no tienes ese amor, se va a interrumpir. Todo va a parar. No lo puedes pensar. No funciona así.

En este momento hay personas que están confinadas, y para algunas personas la situación es bastante difícil porque están con personas con las que no se llevan muy bien. Bueno, esto no consiste en pensar, sino en sentir. Y tienes que aflojar para que pueda desarrollarse ese entendimiento y decir: “Bien, realmente amo a esta persona”.

Y ver lo bueno, lo bueno que hay en tu relación. No lo malo, sino lo bueno que hay en tu relación. Lo bueno que hay en ti. Y no es cuestión de cantidad.

Las personas quieren una cantidad, quieren “la misma cantidad de esto, la misma cantidad de aquello.” Eso está muy bien en tus pensamientos, pero en la realidad nunca va a ser así.

Piensas que hay personas que tienen miles y miles y miles de millones de dólares. Hay personas que ni siquiera pueden imaginarse tener esa cantidad de dinero.

¿Crees que esas personas son felices ahora que tienen todo ese dinero? No. Todos los días trabajan. Quieren más, más y más. Esa es la naturaleza de eso: “Quiero más y más.” Es así en el pensar.

En el sentir es a la inversa. En el sentir: “Yo siento. Siento amor, me siento feliz, siento satisfacción.” Y no se trata de más, sino de “me siento bien”. Ni siquiera se plantea eso de “más o menos”. Nunca se plantea. Sientes satisfacción y sientes satisfacción. Y no es “más”.

Si estás enamorado, estás enamorado. Y no hablas de “más, quiero estar más enamorado”. No. Estás enamorado y estás enamorado.

Y así tiene que ser, porque es así. Y es hermoso que sea así. Estas son las características de lo que puedes sentir en tu vida.

Así que pensar es bueno, pero también sentir. Y no puedes tener solo una de estas cosas en tu vida. Eso sería como tener un ojo cerrado todo el tiempo; no usar un oído, no usar la mitad de tu boca todo el tiempo.

No es como respirar por las dos fosas nasales todo el tiempo, es como caminar con una sola pierna y no con la otra, suponiendo que tengas las dos piernas bien.

Y sí, tienes dos piernas, pero no es que una sea de repuesto. Necesitas las dos piernas. Tienes los dos brazos, los necesitas los dos. Tienes los dos ojos y necesitas los dos para la percepción de profundidad. Dos oídos que te dan el sentido de la audición, la dirección que necesitas.

Y esto en tu vida se traduce en algo muy hermoso, en que necesitas sentir. No solo pensar sino que necesitas sentir. Sentir la alegría en tu vida. Sentir eso que no es cuestión de “más”, sino de “lo siento, yo lo siento”.

Y tantas veces lo veo cuando paso por los aeropuertos y ves a personas esperando a que lleguen sus seres queridos. Que bajen del avión, que pasen por ese pasillo. Están ahí esperándolos. Y cuando ven la cara de ese ser amado al que estaban esperando –a veces estas historias son muy conmovedoras y dramáticas, porque han estado esperando quizás años para ver a esta persona– y cuando por fin la ven no dicen: “Ah, espera, espera. Voy a esperar porque quiero más de esta persona.” No. Inmediatamente se les abre la sonrisa, los ojos se ríen, el cuerpo entero lo está diciendo. A veces no pueden evitarlo y les caen lágrimas de los ojos…

“Más, menos”. Las medidas han desaparecido. Simplemente han desaparecido. Es solo realidad: “Lo tengo, lo tengo.”

Y así es. Es como cuando aprendes a montar en bicicleta. Lo intentas y te caes; lo intentas y te caes. Y sigues, tienes que seguir y seguir dándole.

Y de repente lo captas. Y cuando lo captas, lo captas. No es como que “ahora tengo menos o tengo más.” Bueno, por supuesto que te vas a volver a caer, pero ya lo tienes, lo captaste.

Así es ese sentir, y específicamente el sentir esa alegría, sentir eso que hay en ti, esta cosa maravillosa.

Espero que lo pienses un poco y que lo conviertas en una realidad del sentir: sentir la alegría, sentir la paz, sentir la sed, sentir la necesidad y sentirte bien. Sentir lo bueno, esa bondad que hay en ti. Y permitir que esas cosas sean las que te impulsen hacia adelante. Porque eso es maravilloso. Si te puedes impulsar hacia adelante con eso, es muy, muy poderoso.

Así que espero que esto ayude, seguiré poniéndome en contacto con ustedes regularmente para comunicarles como van las cosas. Así que sí, trabajando en el Programa de Educación para la Paz.

Lo más probable es que no se llame Programa de Educación para la Paz. Va a tener otro nombre. Y hay una razón por la que tiene que ser así. Tengo esa lógica para mi locura, o como quieras llamarlo. Pero lo más probable es que sea así.

Y se va a modificar bastante. La esencia no está en el entrenamiento. Créeme. La esencia está en ti. El entrenamiento es una herramienta para ayudarte a lograr algunas de esas cosas que serían maravillosas en tu vida.

Pero lo principal eres tú, no el entrenamiento. Es como esa expresión que tanto han escuchado, que “puedes arrastrar el caballo hasta el agua, pero no lo puedes obligar a beber.”

No es que seas un caballo ni nada de eso. Pero el mejor entrenamiento, si tú no tienes ese deseo de alcanzar un nuevo umbral en tu vida, mejorar la posibilidad de lo que eres, de lo que ya eres tú, descubrir eso, esa alegría que reside en tu corazón, el entendimiento de eso; si no lo quieres, no hay entrenamiento que te vaya a ayudar.

Pero si quieres, ahí está el entrenamiento, y es un entrenamiento muy sencillo, muy hermoso. De eso se trata.

Yo, en cierta forma, estoy asombrado de lo sencillo que es. Porque es cuestión de prestar atención, sencillamente. No es nada lejano ni misterioso, es simplemente prestar atención.

Que cuando alguien te dice “lo que buscas está dentro de ti”, en lugar de decir “mmm, ¡qué interesante!” y ahí se quede todo, prestes atención.

Quiero reiterar algo que vas a tener que hacer: un día es el entrenamiento (no es muy largo) y luego tendrás un par de días para reflexionar y para enviar tus comentarios. Luego voy a leerlos (no todos, algunos) y luego tendremos un diálogo. Bueno, será solo de mí hacia ustedes, pero será un diálogo. Y luego seguimos.

Nunca lo he hecho así, virtualmente. Así que yo también estoy en modo experimental y estoy muy entusiasmado. Como lo estarás tú, posiblemente. Así que vamos a divertirnos. De eso se trata. No de seriedad sino de divertirnos y disfrutar.

Junto con este mensaje que les he transmitido hoy quiero desear a todas las madres del mundo un ¡Feliz Día de la Madre! Aquí viene también y es maravilloso. Gracias.