Confinamiento con Prem Rawat – Día 20

“Cada uno de ustedes ha sido un niño. Ese niño aún está aquí. Cuando te pones en contacto con esa simplicidad, tu recompensa es la plenitud”. –Prem Rawat

Si tienes preguntas que quieres que Prem atienda, por favor envíalas a PremRawat.com (www.premrawat.com/es/participa/contacto)

Audio

Confinamiento – Día 20

Hola a todos. Espero que estén bien, seguros y sintiéndose bien. De lo que quisiera hablarles hoy es de algo muy sencillo, porque a eso tenemos que regresar en nuestra vida. Cualquiera sea la situación, la simplicidad te ayudará a atravesarla. Fíjate en la simplicidad de la vida, en la sencillez de la existencia y entenderás de qué hablo. En nuestra vida a veces no entendemos lo importante que es tener armonía.

Estar en armonía con todo lo que nos rodea, estar en armonía con la naturaleza, estar en armonía con las personas con las que nos rodeamos. Y lo más importante: estar en armonía contigo mismo. La armonía de nuestra existencia, la armonía de este aliento que entra y nos llena de vida. Cosas hermosas, simples. Las cosas hermosas y sencillas en la vida.

Tu existencia… pon a un lado tus anhelos y fíjate en tus necesidades, en tus simples necesidades de sentirte pleno, de estar en paz, de sentir alegría, de comprender. Preguntarse, pero luego también tener las respuestas. Comprender que todas esas respuestas, el océano de las respuestas se encuentra en tu interior. Indagar: ¿qué es esto? Pero luego encontrar la respuesta. Esto solo se puede entender si hay una profunda simplicidad en tu vida.

Si entiendes el ritmo de la alegría, de la existencia que llega… que existes, que quieres crecer. Quieres ir más allá de solo sobrevivir, quieres prosperar y lo que va a requerir es simplemente ser. Ser, existir, ver la armonía. Verla de la manera más sencilla. Nos encanta lo complicado porque cuando es complicado nos sentimos desafiados. Y podemos decir cosas profundas, cosas tremendamente profundas.

Una vez vi a alguien hablando de la vida pasada de otra persona: “Fuiste un elefante, fuiste esto y aquello”. ¿Por qué entras en eso? Esta es la vida que tienes, no aquella. Aquella la tuviste, esta es la vida que tienes. ¿Qué puedes hacer en esta vida? ¿Qué puedes ser en esta vida? ¿Puedes ser sencillo, simple, puedes verla con los ojos de un niño?

¿Qué es eso? Sencillamente ver, aceptar algo sin preguntarte qué es, cómo se llama, cómo funciona y qué propósito tiene. Eso va suceder después. Pero hay una etapa donde el niño simplemente mira algo y lo acepta. Esto lo he visto muchas veces. Le muestras al niño la Luna, sales afuera con él, es de noche, miran hacia arriba y el niño ve la Luna. No sabe que se llama la Luna, son los padres que le dicen: la Luna.

Pero sin darle un nombre, sin nada más, el niño la mira y simplemente aprecia su belleza, aprecia lo que es sin tener que saber qué tan lejos está, cual es su diámetro, cual es su circunferencia, de dónde viene… todo eso ocurre después. El tema es que todo eso sucede después. Más tarde entraremos en todo esto. Pero… ¿la simplicidad? Siempre me hago la misma pregunta, ¿qué le pasó a ese niño? Tú fuiste ese niño alguna vez.

Ese niño que era increíblemente simple. Muchas personas no le ven la profundidad a esto, yo sí. Poder ver algo tal cual es, sin saber su nombre, sus características, sin darle un propósito, sin darle esto o aquello. ¿Por qué la Luna es hermosa? ¿Es hermosa? Bueno, cuando está brillando en el cielo es hermosa. ¿Por qué? No importa mientras simplemente lo sea.

¿Puedo yo ser así también? ¿Tengo que darle diez mil significados diferentes a todo lo que sucede en mi vida?

¿O simplemente puedo aceptar que soy, que existo. ¿Puedo aceptar mis necesidades? Quiero estar en paz, quiero sentirme bien, quiero sentir alegría, quiero sentir plenitud. Muchas personas preguntan qué es lo que va hacer que sientan plenitud.

Hace poco alguien me preguntó: ¿qué es la paz? Muchas veces me han hecho esa misma pregunta. ¿En serio?

¿Quieres saber qué es la paz? ¿No quieres sentirla sino saber lo que es? ¿Qué es el azúcar, el chile, la sal? Le puedes poner un nombre, “es esto, es aquello”. Pruébalo, pruébalo.

Hay un cuento en el que estaba un rey sentado en su corte y llegó un embajador y le dijo: “Mi señor te ha enviado como regalo esta fruta que proviene de su reino”. El rey, ahí sentado, le preguntó: “¿Qué es?”. “Es un mango” (en este reino no había una fruta así).

Preguntó qué era un mango y alguien dijo: “Voy a echar un vistazo, iré a verlo”. Fueron a ver el mango y le dijeron: “Su Majestad, es una fruta que tiene este aspecto”. Y el rey dijo “Todavía no entiendo lo que es un mango”. Lo tocaron y le dijeron que tenía como un aspecto blandito, pero el rey dijo “Sigo sin entender”.

Alguien tomó un bocado y le dijo: “Es dulce, delicioso, con un riquísimo aroma…”.”Pero todavía no entiendo lo que es un mango”, dijo el rey. Esto continuó y continuó. Todos se estaban cansando del asunto hasta que uno de los cortesanos se levantó, cortó el mango, puso el trozo en un plato y se lo acercó al rey. El rey se lo puso en la boca y dijo: “Ahora sé lo que es un mango, gracias”.

Ese es el poder de saber. ¿Y el poder de creer? Es más y más y más. Cree en esto y en aquello. Porque no se trata de saber sino de creer y creer. Alguien lo va a entender por ti, lo pondrá en una píldora y te la dará. Vas a tragarte la píldora y dirás “creo que ahora sé”. Pero no sabes, es simplemente más y más creer: “Creo más en esto, creo más en aquello”. Las creencias continúan, luego tienen que venir personas a interpretártelo a ti.

Y no hay escasez de personas que interpretan. Lo que hacen es abrir los libros y te dicen “es verdad porque está escrito en este libro” y “no es verdad porque está escrito en ese libro” y “es verdad en esto…» Así es como, sigue y sigue.

¿Qué quieres en tu vida? ¿Creer o saber? Quieres saber. Eso es estar en armonía contigo mismo. No en desacuerdo sino en armonía contigo mismo. La verdadera armonía, estar en ese ritmo, ¿cómo iba a llegar a tu vida? Te diré lo siguiente: es como una banda tocando en donde un integrante toca desafinado, está completamente en otro lugar, tocando fuera de ritmo y desafinado.

¿Es tu vida así a veces? ¿Donde la música no tiene sentido porque hay alguien que toca otra cosa, no está en el mismo ritmo ni en la misma armonía? Esta vida tiene que estar en armonía cada día. Cada momento en el que puedes ser, necesitas estar en esta armonía. Y actualmente es todo un desafío, porque la mente te dice ¿qué va a pasar? La mente te dice “¿qué va a pasar, cuándo va a acabarse esto, qué es esto, qué es esto?”. Y el corazón está más interesado en lo que sucede cada día.

Estás vivo. Tu vida, tu existencia. Comprende lo que significa estar en esa armonía. Entiende lo importante que es para ti estar en esa armonía. Ponte en armonía con esta existencia durante el tiempo que tienes. Cuando se acabe ya no podrás armonizarte. ¿Vas a querer hacerlo? Sí. ¿Podrás? No. Esta es tu chance, esta es tu oportunidad de sentir, de experimentar.

¡Y qué hermoso es eso! Que puedas hacer eso, sentir eso. Que puedas sentir paz, alegría, lo bueno de estar vivo, lo bueno de quién eres. La armonía, la comprensión. Así es como debe ser. No algo complicado sino simple. Y cuando entiendes lo que es la sencillez y lo valiosa que es esa simplicidad todo comienza a cambiar.

Todo adquiere un nuevo significado: “¡Vaya! ¿Cómo saco provecho del día de hoy?”. Simplemente sé tú mismo y lo aprovecharás.

Eso es lo que quieres. Siempre es un buen momento, siempre es un momento adecuado. Porque entiendes lo que eso significa. No analíticamente, no a través del análisis. Necesitamos del análisis, no estoy diciendo que no lo necesitemos, sí lo necesitamos, en este mundo hay muchas cosas que necesitan el análisis. Pero tu existencia está en marcha, no tiene sentido analizar qué significa esto y qué significa aquello.

Acéptalo y entiende que necesitas estar en esa sencilla armonía, en esa simple sincronicidad con tu existencia, con este aliento. Tú tienes que volverte así de simple. Tú tienes que volverte así de real. No importa esa filosofía que rebota entre los dos oídos. No, no y no. ¿Qué es sencillo? ¿Qué es real para ti? El ir y venir de este aliento, tu existencia.

Lo que es real es tu deseo de paz, tu necesidad de paz. ¿Qué es real? Tu necesidad de sentirte pleno. ¿Qué es real? Tu necesidad de permanecer en esa sencillez. ¿Qué es real? Tener esa armonía en tu vida, tu necesidad de tener esa armonía en tu vida. Una vez más, ver el mundo y a ti mismo con los ojos de un niño. Siempre digo ¿qué pasó con ese niño? ¿Qué crees? Ese niño todavía está aquí, cualquiera de nosotros fue un niño alguna vez.

Ese niño nunca murió, aun está ahí. Ponte en contacto con ese niño, ponte en contacto con esa simplicidad, ponte en contacto con esa armonía, ponte en contacto con esa alegría. La recompensa por todo esto es la plenitud, la paz, todo lo hermoso en esta vida.

Mantente seguro, mantente bien, gracias.