El Conocimiento es gratuito, no hay tarifa alguna. ¿Cómo podría cobrar algo que ya posees? El precio de conocer la alegría o no conocerla es cómo cada uno puede medir la devolución auténtica de “gratis”. Nuestro tiempo desde el nacimiento hasta la muerte es algo finito. La vida es una oportunidad, pero no conocerse a sí mismo, tiene un precio, que no siempre se mide en términos económicos.
De hecho, podemos ver el tiempo como algo más valioso que el dinero.