¿Quién está ganando la batalla por atraer nuestra atención?
La economía de la atención
- Detalles
- Escrito por Michel2
- Categoría: Presente
- Visto: 4855
¿Quién gana la batalla y se lleva nuestra atención?
En unos pocos años, hemos pasado a depender de la tecnología: nos distraen los avisos de nuevos mensajes de texto, las aplicaciones para los móviles, etc. y no podemos tener un momento de tranquilidad, por todo ese remolino que demanda nuestra atención. En este vídeo, Prem habla de cómo moverte por este mundo moderno, lleno de presiones y distracciones.
Y se refiere a las consecuencias de pasar tanto tiempo conectado, «online»… y a como centrarnos en el más importante de todos los temas: la paz.
Tomas tu dispositivo, lo enciendes y te muestra cuantos correos electrónicos, mensajes, etc. has recibido... las actualizaciones, las últimas noticias... sin parar, sin parar. ves tus correos y mensajes, las notificaciones... y, finalmente, lo apagas y lo dejas en su sitio. Todo eso cesa, pero no cesa el ruido.
El ruido que ha venido por ese conducto, así ha llegado a ti. Y ahora se pone a rebotar dentro de tu cerebro. Ahora empiezas: "Y esto, y aquello y lo otro..." Y comienza a afectarte, porque no puedes pararlo. Hay un ruido en el exterior, estás tratando de dormir, es un autobús que sube y baja por la calle... ¡te pones tapones para los oídos!
Pero ¿qué tipo de tapones evitarán ese ruido en tu cerebro? No existen, nada sirve, porque el ruido es muy distinto. Si realmente prestar atención es tan valioso como el dinero, cuando alguien dice "me siento bombardeado, abrumado..." lo primero que piensas es que le están robando. Si la atención es dinero, nos están robando, nos roban ese dinero. ¿Quién es el ladrón? Primero un ladrón deja pasar a los demás. Está en el punto crucial, en el acceso principal, y cuando llega el resto de ladrones, les abre la puerta. Hay un deseo muy generalizado en la gente: quieren ser normales, quieren ser como todo el mundo.
Si comienza una charla de un tema de actualidad, quieren participar, y, si es posible, antes que nadie. Podrías decir: "Se trata de mi vida, ¿en qué quiero pensar ahora? No quiero pensar en eso". Porque tienes ese privilegio, puedes decir: No quiero pensar en eso, no quiero que me afecte. No quiero que me bombardee. En realidad es como si dijeras: "No quiero que me roben más, voy a cerrar esa puerta". Y nadie tendrá la llave. Uno de los problemas es que queremos culpar a alguien por todo lo que ocurre en el exterior: medios de comunicación, el sistema...
Sin embargo, hemos sido nosotros quienes acudimos, nosotros lo hicimos nuestro. Te has permitido quedar atrapado en algo que habías olvidado que disponías del privilegio de evitar acabar atrapado. Por alguna razón, en cuanto se convierte en hábito, parece lo normal. Mi amigo hablará de este tema, ¿y si alguien me pregunta? ¡Quiero saberlo todo! O, por lo menos, tanto como mi amigo. ¿Cual es el tema principal en este momento, el principal? El que está de moda, ¿cual es? Quiero decirte que, en este momento, tú estas de moda.
El día que naciste, comenzaste a estar de moda, y las cosas seguirán así hasta ese día en que dejes de estarlo del todo. Entonces, nada de este mundo te importará, tu dispositivo puede lanzar tantos sonidos como quiera, no vas a responder. De modo que, mientras sigas vivo, debes comprender que, en tu vida, estás muy, pero que muy de moda, y la dirección en que vas... Puede que no seas "Inteligencia artificial", pero eres inteligencia real, tú estás a cargo de tu vida. Lo que hagas, lo que pienses... y siempre digo esto: la capacidad de pensar es el regalo que Dios te da, en qué pienses es el regalo que te haces a ti mismo. No puedes abdicar de tu sentido de responsabilidad ni de la responsabilidad que tienes hacia ti mismo. Pero mucha gente no se conoce a si misma, ni saben que responsabilidad es esa. Ni comprenden que deben hacer una elección cada día, ni que pueden elegir.
La gente se abruma cuando se da cuenta de que no puede elegir, es algo imprescindible. Pero si puedes elegir, no tiene importancia. Creo que ese es el tema: primero debes comprenderte a ti mismo, comprender los privilegios que tienes, los derechos que tienes, el poder que tienes. No tienes porque aceptar que los ladrones te roben. Tú debes estar al mando, de en qué quieres y en qué no quieres pensar. Puedes vivir una vida equilibrada, cada día, cada hora, una vida plena, una vida en la que te sientas bien, y no abrumado, ni totalmente desbordado, con ganas de gritar.......
Porque nadie te obliga, te lo haces a tí mismo. No tienes porque hacerlo, sencillamente, no tienes porqué.
